d.1-¿QUIÉN CUENTA? Nuevas versiones escritas por los alumnos de 5° año B

CAPERUCITA ROJA – Versión de una vecina de la abuela
Escrita por Viicius Saldivia- Alumno de 5° año B

Soy una vecina de la abuela de Caperucita. Yo fui quien acompañó  a la niña aquel terrible día  por el bosque. A pedido de la abuelita había ido a buscar a la niña para que pasara una tarde con ella. La viejita se sentía muy sola y preguntaba a cada rato  por su nietita. Así fue que decidí  ir hasta su casa a buscarla.

Íbamos por el bosque camino a la casa de la abuelita y en el camino encontramos a un amigable lobo que charlaba muchísimo, incluso más que yo. Fuimos conversando durante todo el camino hasta  la casa de la abuela. Al llegar oímos gritos que provenían de la casa de la abuela. Entramos de inmediato  y encontramos a un cazador pegándole  a la abuela.

El lobo enojado, de inmediato se lanzó contra el  cazador y yo como pude  traté de ayudarlo contra aquel terrible y feroz humano.

El cazador, bien armado,   intentó  matar al lobo con su  arma, pero  por los nervios, terminó errando el tiro que pegó bien en el medio del ropero de la abuelita.

Caperucita salió corriendo en   dirección a su casa, con miedo de  que aquel hombre la atacara a ella también. Pero no llegó a destino. EL cazador también salió corriendo, pero de miedo del lobo.

Al día siguiente el cazador fue detenido, y   en el mismo día  encontraron a Caperucita. Esta es mi versión.  Ahora todos la conocen.                                  FIN

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CAPERUCITA ROJA – Versión del Sr. Pedro
Escrita por  Rodrigo Ribero- Alumno de 5° año B

Soy el Sr. Pedro y les voy a contar la historia que viví.

Un día iba caminando por el bosque y escuché  un ruido de pasos y un  crujir de ramas. De pronto vi una caperuza roja que pasó corriendo  por mí y detrás una sombra de animal corriéndola.

Corrí tras ellos y logré  hablar con la niña. Escondidos detrás de un árbol, nos detuvimos hasta que el animal pasara. Vimos a  lo lejos  una casa y corrimos hasta ella para  escondernos.

Al llegar le pregunté: - Por qué te persigue ese lobo?

- Es que quiere comerme y luego  disfrazarse de mí.

_Qué locura!  ¿Por qué? Le pregunté.

Entonces la niña me dijo que era un  enojo  “antiguo”  muy grande con su abuela. La abuela cosía vestidos muy lindos y como al lobo  le gustaban mucho, la abuela se los prestaba, hasta que empezó a coserme mis caperuzas y ya no tuvo tiempo para hacer más  los vestidos.

 -Entonces, dolido,  planeó  esta venganza, me comería y luego se vestiría con mi ropa, me hizo saber la niña.

Al conocer esta historia, le di mi palabra que las cuidaría a las dos: a la abuela y a la niña. Me mudé para una casita muy próxima a la de la abuela y los días que la niña tiene que atravesar el bosque para venir hasta la casa de la abuela, la acompaño durante todo el trayecto.

Nunca más he visto aquel animal por este lugar.

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CAPERUCITA ROJA – Versión del Guardabosque
Escrita por Amanda Pérez- Alumna de 5° año B

Día y noche cuidaba el bosque.

Un día de mañana temprano vi una niña de estatura mediana y vestida de rojo pasar con un cesto. Empecé a seguirla y en la mitad del camino un lobo la abordó. El lobo no parecía ser malo y  ella no parecía estar asustada ni con miedo. Él la  acompañó hasta muy próximo a  una casa  y luego desapareció rápidamente entre los árboles. Luego de un tiempo la vi entrar en la casa, yo me escondí detrás de un árbol. Allí  estaba cuando  empecé a oír gritos los cuales me hicieron  entrar rápidamente a la casa.  Allí me encontré con una escena inolvidable: el lobo corría detrás de la niña y  yo empecé a correr  detrás del lobo. Por momentos parecía que jugábamos a caza-caza, pero al darse cuenta  de mi presencia, el animal salió  corriendo y saltó  por una ventana.

Yo no sé lo que pudo haber pasado allí si no hubiera aparecido. Días después me encontré con el lobo,  quien se acercó y me dijo,  como queriendo justificarse, que   el bosque  era un lugar  muy peligroso como  para que una niña anduviera sola y por eso aquel día, lo que buscaba era asustarla, para que no volviera atravesarlo sola, y que incluso, tenía el consentimiento de la abuela para hacerlo. El lobo aprovechó para mostrarme  una de su patas, la que según él, se había lastimado al saltar por la ventana.

Sé que este animal es muy astuto y no sé si dice la verdad. ¿Qué creen ustedes?